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¿Por qué educación?

Muchas cosas se han dicho y escrito acerca de la educación por lo que en esta ocasión abordaremos dicho asunto desde tres ángulos interrelacionados: humano-psicológico, nacional-social y universal.

El pensamiento contemporáneo occidental nos ha influenciado considerablemente durante varios siglos, un pensamiento que sin duda alguna goza de muchos aspectos superiores. Sin embargo, también posee algunos defectos, primordial-mente como resultado del periodo histórico por el cual transcurrió y las condiciones únicas que éste creó. Durante la Edad Media, cuando Europa estaba viviendo bajo un sistema teocrático regido por la Iglesia Católica o por los monarcas elegidos por ésta, dicho pensamiento se puso en contacto con el mundo islámico, principalmente a través de la cultura hispano-árabe de Al-Andalus y durante las Cruzadas. A la par que otros factores, esto favoreció posteriormente la aparición del Renacimiento y de otros movimientos reformistas. Junto con otros factores, como insuficiencia de tierras, la pobreza, el impulso de satisfacer las crecientes necesidades y algunas naciones insulares, como el Reino de Inglaterra, que se inclinaban naturalmente hacia al transporte marino, asimismo se dio paso a descubrimientos de ultramar.

El principal motivo de todos estos progresos y avances fue satisfacer las necesidades materiales. Los europeos afrontaron un conflicto entre religión y ciencia[1] a medida que los estudios científicos que se realizaban por la época se desarrollaron en oposición a la iglesia y al escolasticismo medieval cristiano.

Esto provocó que la religión se escindiera de la ciencia y que mucha gente se desligara de la religión. Este desarrollo finalmente dio lugar al materialismo y al comunismo. En la geografía social, la humanidad se enfrentó con los elementos más reprobables de la historia occidental: explotación global, conflictos interminables basados en intereses diversos, las dos Guerras Mundiales y la división del mundo en bloques.

Occidente ha tenido al mundo bajo su control político y económico durante siglos. En décadas recientes, su conflicto entre religión y ciencia ha sido materia de debate en muchos círculos intelectuales. Movimientos de ilustración que iniciaron su andadura en el siglo dieciocho, contemplaron al ser humano tan sólo como una entidad basada en su mente. A continuación, movimientos positivistas y materialistas lo consideraron únicamente como materia o entidades corporales. Como resultado, un cierto número de crisis espirituales han surgido una después de la otra. No sería exagerado decir que estas crisis y la ausencia de una satisfacción espiritual fueron los principales factores detrás del conflicto de intereses en el que se vieron envueltos los dos últimos siglos y alcanzaron su culmen en las dos Guerras Mundiales.

Como dueños de un sistema de creencia con una historia y una esencia diferentes, tenemos algunas cosas básicas que ofrecer a la humanidad en general y en particular a Occidente, con quien hemos establecido profundas relaciones económicas, sociales e incluso militares.

Encabezando éstas se halla nuestro entendimiento y nuestro punto de vista de la humanidad. Esta perspectiva no es ni exclusiva ni subjetiva para nosotros, sino que al contrario, es un punto de vista objetivo que expone lo que realmente somos.

Somos criaturas compuestas no solamente de cuerpo, mente, sentimientos o espíritu, por el contrario somos una composición armoniosa de todos estos elementos. Cada uno de nosotros es un cuerpo debatiéndose en una serie de necesidades interrelacionadas, así como también una mente que requiere de unas necesidades más sutiles y vitales que las del cuerpo, una mente impulsada por las preocupaciones acerca del pasado y el futuro para encontrar respuestas a preguntas tales como: «¿Qué es lo que soy? ¿Qué es este mundo? ¿Qué quieren de mi la vida y la muerte? ¿Quién me envió a este mundo y con qué motivo? ¿Adónde me dirijo y cuál es el propósito de la vida? ¿Quién es mi guía en este trayecto terrenal?».

Además, cada persona es una criatura de sentimientos que no pueden ser satisfechos por su mente, y una criatura de espíritu, a través del cual adquirimos nuestra identidad humana esencial. Cada individuo es todo esto. Cuando un hombre o una mujer, alrededor de quien todos los sistemas y esfuerzos se despliegan, sea considerado y evaluado como una criatura en la que se concentran todos estos aspectos y cuando todas nuestras necesidades sean satisfechas, conseguiremos la verdadera felicidad. En este punto, el verdadero progreso humano y el desarrollo en relación con nuestro ser esencial es sólo posible a través de la educación.

Para entender la importancia de la educación observa tan sólo una diferencia entre nosotros y los animales. Al comienzo del viaje desde el mundo de los espíritus que se extiende hasta la eternidad en su etapa terrenal, somos débiles, necesitados y en una triste posición de esperar de los demás todo aquello que necesitamos.

Los animales, por el contrario, vienen a este mundo o son enviados al mismo como si hubiesen alcanzado la perfección en otra esfera o reino. A las dos horas, los dos días o los dos meses después de su nacimiento, aprenden todo lo que necesitan saber, comprenden su relación con el universo y las reglas de la vida, además de estar dotados de una experiencia innata. La fuerza para vivir y la habilidad para trabajar que nos lleva veinte años en aprender la consigue un gorrión o una abeja en veinte días. De manera más correcta, están inspirados con ello. Esto quiere decir que la obligación esencial de un animal no es la de la perfección a través del aprendizaje y el desarrollo ganando conocimiento o buscando ayuda cuando muestra su debilidad. Su obligación es trabajar de acuerdo con su habilidad natural y servir activamente a su Creador.

Por otra parte, necesitamos aprender todo cuando llegamos a este mundo, puesto que desconocemos todo aquello relacionado con las reglas de la vida. En realidad, ni en veinte años ni quizás a lo largo de toda nuestra vida podríamos aprender del todo la naturaleza y el significado de las reglas y las condiciones de la vida así como de nuestra relación con el universo. Somos enviados a este mundo en un estado físico débil e indefenso. Por ejemplo, podemos ponernos de pie tan sólo después de uno o dos años. Además, nos lleva casi toda nuestra vida aprender qué es en realidad lo que nos interesa y lo qué no. Solamente con la ayuda de la vida social podemos dirigirnos a nuestros intereses y evitar el peligro.

Esto significa que nuestra principal obligación, como creación que ha llegado a esta morada de huéspedes en transito con una naturaleza pura, es alcanzar una estabilidad y una claridad de pensamiento, imaginación, y creencia para que podamos adquirir una «segunda naturaleza» y estar capacitados para continuar nuestra vida en «la próxima, con reinos mucho más elevados». Igualmente, cumpliendo con nuestras obligaciones como siervos, debemos activar nuestro corazón, espíritu además de todas nuestras facultades innatas. Al abarcar nuestro mundo interno y externo, donde innumerables misterios y enigmas subyacen, debemos comprender el secreto de la existencia y así elevarnos al rango de la verdadera humanidad.

El conflicto religioso-científico y su resultado final, el materialismo, han contemplado la naturaleza así como a la humanidad, como una acumulación de material creado sólo para satisfacer las necesidades corporales. Como resultado, estamos experimentando un desastre medioambiental a nivel global.

Considerad lo siguiente: Un libro es la manifestación material a través de las palabras de su existencia «espiritual» en la mente del escritor. No hay contradicción entre estos dos modos de expresar la misma verdad y contenido en dos mundos diferentes. De modo parecido, un edificio tiene una existencia espiritual en la mente del arquitecto, «destino» o «predeterminación» en la forma de un plan, y un edificio en la forma de existencia material. No hay contradicción entre tres diferentes mundos de expresar el mismo significado, contenido y verdad. Buscar la contradicción no es nada más que un despilfarro de esfuerzo.

Igualmente, no puede haber contradicción entre el Corán, la Divina Escritura (que proviene del Atributo de «Discurso» de Dios), el universo (que procede de Sus Atributos de «Poder y Voluntad») y las ciencias que los examinan. El universo es un poderoso Libro Sagrado (Corán) derivado de los Atributos de «Poder y Voluntad» de Dios. En otras palabras, si el término empleado es apropiado, el universo es un extenso Corán creado. Y a su vez, siendo una expresión de las leyes del universo, de un modo distinto, el Corán es un universo que ha sido codificado y llevado al papel. En su verdadero significado, la religión no se halla en oposición a la ciencia ni limita a ésta y al trabajo científico.

La religión orienta a las ciencias, determina su verdadero objetivo, y establece la moral y los valores universales humanos como su referente. Si esta verdad hubiese sido comprendida en el mundo occidental, y si esta relación entre religión y conocimiento hubiese sido descubierta, todo habría sido diferente. La ciencia no habría llevado a cabo descubrimientos encaminados más a la destrucción que al beneficio, y no habría dado pie a la producción masiva de bombas y otras armas letales, producto del «avance científico» a lo largo de los siglos.

Hoy en día en ocasiones se profieren reivindicaciones que afirman que la religión causa divisiones y da vía libre para matar a los demás. Sin embargo, es innegable que la religión, y en especial el Islam, no ha sido quien ha conducido en los últimos siglos a la explotación inmisericorde, especialmente en las guerras y revoluciones del siglo veinte que han provocado la muerte de cientos de millones de personas y han dejado tras de sí a personas sin hogar, viudas, huérfanos y heridos. El materialismo científico —un modo de ver la vida y el mundo que se ha desligado totalmente de la religión— y un conflicto de intereses originó tal explotación.

Comprobamos a su vez que el problema de la contaminación medioambiental es debido al materialismo científico, una peculiaridad básica del pensamiento occidental moderno. Aquello que subyace por debajo de la amenaza de la contaminación a nivel global no es sino el punto de vista que proviene de la ciencia de los no creyentes, que afirma que la naturaleza es una acumulación de cosas que no tienen otro valor que satisfacer las necesidades corporales. En realidad, la naturaleza es más que un montón de materialidad o una acumulación de objetos: posee cierto halo en íntima relación con lo sagrado, puesto que es en dicho escenario en el cual los Nombres Más Bellos de Dios se manifiestan.

La naturaleza es una exhibición de belleza y significado que manifiesta profundos y amplios significados en forma de árboles echando raíces, flores floreciendo, frutas que producen sabores y aromas, lluvia, arroyos fluyendo, la inhalación y exhalación del aire y la tierra actuando como una nodriza para innumerables criaturas. De este modo, la mente y el corazón de una persona se convierten en un panal con el néctar que proviene del discernimiento y la facultad de contemplación. Vuela alrededor del mundo como el polen que se adhiere a la abeja. La miel de la fe, la virtud, el amor por la humanidad y todas las criaturas por el Creador, el néctar de la ayuda a los demás, la abnegación hasta el punto de renunciar a la pasión de la vida para que otros vivan y el prestar servicio a toda la creación surgen de este panal.

Tal y como indicó Bediüzzaman Said Nursi, existe una interpretación de la educación que contempla la iluminación de la mente gracias a la ciencia y el conocimiento, así como la luz del corazón por medio de la fe y la virtud. Este entendimiento, que hace al estudiante subir vertiginosamente hacia los cielos de la humanidad con esas dos alas y buscar la aprobación de Dios a través del servicio a los demás, tiene muchas cosas que ofrecer. Rescata a la ciencia del materialismo y la exime de ser un factor que es tan perjudicial como beneficioso desde la perspectiva material y espiritual, ambas por igual, así como de ser un arma letal. Tal entendimiento, en palabras de Einstein, no permitirá que la religión quede paralizada o inutilizada, ni consentirá que la religión sea percibida como aislada de la inteligencia, de la vida, de la verdad científica así como tampoco ser contemplada como una institución fanática que construye barreras entre individuos y naciones.

Sirviendo a la humanidad a través de la educación

Gracias al rápido desarrollo de los transportes y las comunicaciones, el mundo se ha transformado en una aldea global. Es un mosaico unificado de naciones y países y por ello aquellos que no puedan proteger sus características únicas, sus «patrones y diseños» desaparecerán. Como en el resto de naciones, nuestras características esenciales son la religión y el lenguaje, la historia y el amor a la patria. Lo que Yahya Kemal, un famoso poeta y escritor turco de finales del siglo diecinueve y principios del siglo veinte, expresa con profunda añoranza en su obra «Los distritos sin la llamada a la oración» es nuestra cultura y civilización que tiene sus orígenes en Asia Central y en el Islam y se desarrolló durante siglos en Anatolia, Europa e incluso África.

Un asunto afín es el siguiente. Existe un refrán en la lengua turca que dice: «Un vecino necesita las cenizas de su vecino» —para poder prender fuego—, o lo que es lo mismo, resalta la importancia de las buenas relaciones entre los vecinos. Por tanto, y como mencionamos previamente, tenemos más cosas que ofrecer a la humanidad que las que podamos recibir de ésta. Hoy en día organizaciones no gubernamentales o de beneficencia han instituido compañías y fundaciones, y asimismo están sirviendo a los demás con entusiasmo. La masiva aceptación de las instituciones educacionales que se extienden por todo el mundo, que frecuentemente igualan y superan a sus homologas occidentales, a pesar de las grandes dificultades financieras a las que se enfrentan, deben ser una prueba de que lo que indicamos está más allá de toda duda.

En nuestra condición como pueblo turco hemos acumulado muchos problemas a lo largo de los siglos pasados. En la base de estos problemas reside nuestra errónea concentración en el componente externo del Islam y la falta de atención a su particular «perla interna». Después empezamos a imitar a los demás y a conjeturar que existía un conflicto entre el Islam y la ciencia positiva, basándonos en el positivismo, la tendencia a valorar preferentemente los aspectos materiales de la realidad. Hicimos esto a pesar del hecho de que la ciencia positiva no es sino los descubrimientos de las leyes divinas que manifiestan los Atributos de «Poder y Voluntad» de Dios y que son una expresión diferente del Corán, procedente de Su Atributo de «Discurso». Esta negligencia, a su vez, nos trasladó a un despotismo en el conocimiento, el pensamiento y la administración, nos hizo tomar un rumbo desesperado hacia el desastre abarcando a todos los individuos e instituciones que trajo la confusión en nuestra labor y a la desidia de la división del trabajo.

En definitiva, nuestros tres grandes enemigos son la ignorancia, la pobreza y el cisma interno. El conocimiento, el capital producto del trabajo y la unión pueden luchar frente a ellos. Como la ignorancia es el problema más serio, debemos oponernos a ella mediante la educación, la cual siempre ha sido la manera más importante de servir a nuestro país. Ahora que vivimos en una aldea global, es la mejor forma de servir a la humanidad y establecer el diálogo con el resto de civilizaciones.

Pero en primer lugar, la educación es un servicio humano, ya que fuimos enviados para aprender y perfeccionarnos a través de la educación. Bediüzzaman Said Nursi hizo hincapié en las soluciones y el futuro al decir que «El antiguo estado de los asuntos es imposible, así como tampoco lo son un nuevo estado o el aniquilamiento». Y esto dio lugar a actividades de diálogo junto con los creyentes de otras religiones al indicar que: «Los asuntos controvertidos no deben discutirse con lideres espirituales cristianos». Del mismo modo que Yalal al-Din al-Rumi (Mevlana) expresó: «Uno de mis pies se halla en el centro y el otro se halla en setenta y dos reinos (gente de todas las naciones) como si de un compás se tratase», Said Nursi trazó un vasto círculo que abarcaba a todos los monoteístas. Dando a entender que los días del empleo de la fuerza bruta han llegado a su fin, indicó: «La victoria con las personas civilizadas es a través de la persuasión», además de indicar que el diálogo, la persuasión y la discusión basadas en los testimonios son esenciales para aquellos que pretenden servir a la religión. Fomentó el conocimiento y la palabra diciendo: «En el futuro la humanidad se dirigirá hacia el conocimiento y la ciencia y acontecerá en el futuro que la razón y la palabra gobernarán». Finalmente, trazó las líneas básicas de las verdaderas religiones y el servicio nacional en esta era y en el futuro al dejar a un lado la política y la participación política directa.

A la luz de tales principios, animé a la gente a servir, al país en particular y a la humanidad en general a través de la educación. Les convoqué para que ayudaran en la educación gubernamental y educaran a la población instituyendo nuevos colegios. La ignorancia se vence a través de la educación, la pobreza con el trabajo y la posesión de un patrimonio o capital propio, así como el cisma interno y el separatismo con la unidad, el diálogo y la tolerancia. Sin embargo, como cada problema en la vida humana depende en última instancia de los seres humanos por sí mismos, la educación es el vehículo más efectivo a pesar de que nos encontremos bajo un sistema social y político paralizado u otro sistema que opera con la precisión y la rigidez de un reloj.

Colegios

Después de que el gobierno diera su permiso para el establecimiento de los colegios privados, mucha gente de manera voluntaria optó por disponer de su dinero al servicio de su país, en lugar de pasar a la próxima vida después de una frívola existencia. En realidad, hicieron esto con el entusiasmo de la devoción. Es imposible por mi parte saber acerca de todos los colegios que se han instituido tanto aquí en Turquía como en el extranjero. Puesto que solamente recomendé y animé a hacerlo, desconozco por completo los nombres de muchas de las compañías que los fundaron o en qué lugar se encuentran dichas instituciones educativas.

Sin embargo, he seguido este asunto hasta cierto punto en los periódicos y en una serie de artículos escritos por respetables periodistas como Ali Bayramoğlu, Şahin Alpay y Atılgan Bayar. Se han fundado colegios en una amplia variedad de lugares y países que van desde Azerbaiyán hasta las Filipinas y desde San Petersburgo hasta Moscú, así como, con la ayuda y el asesoramiento de nuestro conciudadano y prominente hombre de negocios judío Üzeyir Garih en Yakutsky (Rusia). Casi todas las ciudades en las que se ha solicitado el permiso para el establecimiento de dichas instituciones educativas han accedido, excepto en aquellas de Irán, cuyo gobierno ha denegado la solicitud.

Escritores y pensadores que han visitado las escuelas e institutos de enseñanza han manifestado que estas instituciones son financiadas por organizaciones de beneficencia turcas. En la mayoría de ellos, los gastos de matrícula de los estudiantes son una parte importante de esta financiación. Los responsables locales contribuyen con una ayuda considerable aportando terrenos, edificios y personal cuando es necesario. Los profesores, quienes se dedican a servir a su país, a su nación y a la humanidad y que han encontrado el significado de la vida dedicando las suyas al servicio a los demás, trabajan por un pequeño salario de manera entusiasta.

Al principio, algunos de nuestros funcionarios diplomáticos destinados en el extranjero estaban indecisos en ofrecer su ayuda, puesto que no comprendían realmente lo que estaba aconteciendo. Hoy, sin embargo, muchos de ellos dan su apoyo total a los colegios. Asimismo, respetables personalidades como los dos presidentes de Turquía, Turgut Özal y Süleyman Demirel, así como el anterior presidente del Parlamento Turco Mustafa Kalemli y el anterior Ministro de Asuntos Exteriores Hikmet Çetin, mostraron su apoyo visitando, en efecto, los colegios.

Es apropiado aquí mencionar las observaciones de Ali Bayramoğlu, un periodista que ha visitado muchos de dichos colegios y que indica:

En estos colegios ni se imparte educación religiosa ni engloban actividades educacionales en un ambiente religioso como se presupone o se pretende hacer ver. Son establecidos según el modelo de los «institutos Anadolu»[2] de Educación Secundaria, con los mejores equipos técnicos y laboratorios. Las lecciones se imparten de acuerdo con el plan de estudios preparado por el Ministerio de Educación nacional. Las materias religiosas ni siquiera se imparten. Las actividades son llevadas a cabo según dentro del marco establecido las leyes actuales y la filosofía educativa de cada país. Por ejemplo, en Uzbekistán, después de que los estudiantes aprendiesen turco e inglés en clases preparatorias, estudiaron asignaturas de ciencia en inglés impartidas por profesores turcos y materias de ciencias sociales en uzbeko por parte de profesores uzbekos. Enseñar conocimiento religioso o impartir una educación religiosa no es el objetivo.

Los administradores locales son tan susceptibles al secularismo como el gobierno turco o incluso más que éste. Nuestros ilustrados periodistas, como Şahin Alpay, Atılgan Bayar y otros muchos han explicado de una forma parecida a las observaciones de Bayramoğlu que estos países no sienten la menor preocupación por su futuro en relación con estos colegios. En realidad, en su discurso de la ceremonia de inauguración de un colegio en Moscú, el Director de la Oficina Nacional de Educación rusa dijo: «Hay dos acontecimientos importantes en la historia de Rusia. Uno de ellos es la primera salida al espacio exterior por parte del cosmonauta ruso Yuri Gagarin y el otro es el establecimiento de colegios por parte de nuestros amigos de Turquía para la educación de los jóvenes rusos». Describió esto, pues, como un hecho histórico.

Para algunos, esta vida consiste en pasar unos pocos días en esta casa de huéspedes terrenal y con el objetivo de satisfacer por completo los deseos carnales. Otros tienen diferentes perspectivas y por lo tanto le dan a la vida un significado diferente. Para mí, esta vida consiste en unas cuantas exhalaciones e inhalaciones en el viaje que comienza en el mundo de los espíritus y que continua eternamente ya sea en el Paraíso o, Dios no lo quiera, en el Infierno.

Esta vida es muy importante, puesto que determina y da forma a la vida después de la muerte, a nuestra estancia en el Más Allá. Por consiguiente, debemos vivirla de tal manera que nos haga ganar la aprobación del Creador de la vida. Este camino pasa por la ineludible dimensión de ser idóneo a Dios por medio de servir, en primer lugar a nuestras familias y vecinos, luego a nuestro país y nación, y finalmente a la humanidad y a la creación. Este servicio es nuestro derecho, transmitirlo a los demás nuestra responsabilidad.

* Este artículo primero apareció en la obra elaborada por Ali Ünal y Alphonse Williams, Fethullah Gülen: Advocate of Dialogue (Fairfax, VA: The Fountain, 2000), págs. 313-322. Apareció por primera vez en español en Ensayos, Perspectivas y Opiniones: M. Fethullah Gülen, The Light, Inc., Nueva Jersey, 2006, págs. 80-93.
[1] Esta oposición se debió a dos factores: la Iglesia Católica que se negó a lle¬gar a un acuerdo con los nuevos descubrimientos y conceptos científicos y la nueva clase media emergente que quería permanecer libre de las discipli¬narias reglas de la religión.
[2] «Institutos de Anatolia» (Anadolu Lisesi) es el término empleado para denominar a los colegios públicos donde se enseña en inglés las asignaturas de ciencias.
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