¿Existe Allah?

La existencia de Allah es tan evidente que no es necesario ningún argumento para demostrarla. Algunos eruditos han planteado que la existencia de Allah es mucho más patente que la de todos los restantes seres, pero los que están privados de perspicacia no Lo pueden ver. Otros han dicho que Él no se puede perci­bir directamente por la intensidad de Su auto-manifestación.

Sin embargo, la gran influencia del positivismo y materia­lismo sobre la ciencia humana hace necesario reflexionar sobre este tipo de argumentos. Este modo de ver las cosas reduce la existencia a lo que sólo puede ser directamente percibido por los sentidos; de modo que se impide percibir las dimensiones invisibles de la existencia, que son muchas más que las visibles. Como tenemos que apartar los velos del materialismo y el positivismo, vamos a examinar brevemente algunas de las demostraciones tradicionales que explican la existencia imprescindible de Allah.

Antes de hacer eso, es preciso manifestar que desde el mismo inicio de la vida humana, la gran mayoría de la humanidad ha creído en la existencia de Allah. Sólo esto sería suficiente para demostrar Su existencia. Los no creyentes no pueden asegurar que tienen una superioridad intelectual sobre los creyentes ya que muchos de estos últimos son científicos innovadores, eruditos, investigadores y, lo que es más importante, santos y profetas -los expertos en este campo-. Además, la gente confunde el no aceptar la existen­cia de algo con la aceptación de su inexistencia. Mientras lo primero es sólo una negación o un rechazo, lo segundo es un juicio que necesita ser probado. Nadie ha podido probar la inexistencia de Allah, ni puede hacerlo. Por el contrario, los argumentos que prueban Su existencia son innumerables.

Este punto se puede aclarar con la analogía siguiente: Imagínense un gran palacio con 1.000 puertas, de las que 999 están abiertas y una de ellas parezca estar cerrada. ¿Cómo pueden decir que no se puede entrar en este palacio? Esto es lo que hacen los incrédulos limitando su atención y la de los otros sólo a la puerta que parece estar cerrada. Las puertas a la existencia de Allah están abiertas a todo el mundo, siempre que intenten entrar sinceramente.

Algunas de estas puertas –los argumentos acerca de la existencia de Allah– son los siguientes:

1. La creación es contingente. En otras palabras, existe la misma posibilidad de existir o no para todo lo creado. Y también es posible que algo nazca en cualquier tiempo, lugar y con cualquier forma o carácter. Nada ni nadie puede determinar cómo, cuándo o dónde va a nacer, o cómo será su carácter o sus rasgos físicos. Algún poder debe decidirlo. Este poder tiene que ser infinito, y tener voluntad absoluta y amplios conocimientos. Necesariamente, este poder es Allah.

2. Las cosas son limitadas. Todas las cosas cambian. Dado que todo está limitado por el tiempo y el espacio, tiene que haber un comienzo y un final. Todo lo creado tiene que tener un creador infinito; como sería inaceptable el pensar continuamente en quién es el creador de cada una de las existencias la razón exige la existencia de alguien, un ser superior que sea infini­ta­mente autosuficiente y autosubsistente, que nunca cambie. Éste es Allah.

3. La vida. La vida es un secreto transparente. Es un misterio que los científicos no son capaces de explicar con argumentos materiales, y es transparente porque refleja un Poder Creativo. A través de estas dos características la vida declara: "Quien me creó es Allah".

4. Orden en la creación. Todas las cosas en el universo, y el universo en su conjunto, están ordenados de una manera armoniosa. Esto se puede observar en todos los objetos y en su interrelación armoniosa. Esto es verdad de modo que la existencia de una parte necesita de la existencia del todo entero como la existencia del todo requiere la existencia de todas y cada una de sus partes. Una sola célula deforme puede causar la muerte de todo el cuerpo. De modo parecido, una sola granada para existir necesita la existencia colaborativa y cooperativa de aire, agua, tierra y sol, además de su mutua cooperación equili­brada. Tal armonía y cooperación señalan al creador del orden, conocedor de todo en el total de las relaciones y características, quien puede poner en orden todo. El Creador de este orden es Allah.

5. Arte en la creación. Toda la creación pone de mani­fiesto un arte de mucho valor. Por lo que vemos, ha sido creada de manera fácil y rápida. Además, la creación está di­vi­dida en incontables familias, géneros, especies e incluso ca­da uno de los más pequeños grupos tiene a su vez muchos miemb­ros. A pesar de esta variedad y abundancia, nosotros sola­mente vemos el orden y el arte como algo fácil. Esto demuestra la exitencia de alguien con un poder y cono­cimiento absoluto: Allah

6. Finalidad en la creación. Todo lo que existe en el universo tiene una finalidad. Como la ecología demuestra en particular, todo en la creación, no importa lo aparentemente insignificante que sea, tiene un papel significativo en la existencia y sirve para algo. La cadena de la creación en el curso de la humanidad, el último eslabón en la creación, está evidentemente dirigido hacia un propósito final. Como este sistema necesita de alguien que imponga propósitos a la creación y sólo la humanidad tiene la conciencia necesaria para llevar a cabo tales propósitos, la sabiduría y la orientación de la creación apuntan a Allah.

7. Misericordia y Providencia. Las necesidades de todos los seres y especialmente de los humanos son interminables. Pero por ellos mismos son incapaces de suministrar ni lo más mínimo. Por ejemplo, el mantenimiento del universo exige la existencia de algunas leyes universales como el crecimiento, la reproducción, la gravitación, la atracción y la repulsión. Sin embargo, estas leyes "naturales" no existen exterior­men­te; no son visibles; su existencia es completamente invisible. Entonces, ¿cómo puede algo que existe sólo de manera invisible, que no tiene conocimiento ni conciencia, el responsable de una creación milagrosa que requiere absoluto conocimiento y sabiduría?, ¿cómo puede tener el poder de elección y preferencia? Por lo tanto, alguien que tiene todos estos atributos ha establecido estas leyes naturales y las usa para cubrir Sus actuaciones con un propósito concreto.

Las plantas necesitan aire, agua, calor y luz. Pero ellas no los pueden conseguir solas. Nuestras necesidades son infinitas. Afortunadamente, todas nuestras necesidades esenciales, desde el comienzo de nuestra existencia en este mundo hasta la muerte, son cubiertas por alguien que está más allá de nuestra capacidad e intervención. Nosotros venimos a este mundo y encontramos todo preparado para recompensar todos los sentidos que tenemos, las necesidades tanto intelectuales como esprituales. Ésto demuestra clara­men­te que alguien que es infinitamente misericordioso y está informado de todo provee a todos los seres creados de la manera más extraordinaria, y hace colaborar todas las cosas para este propósito.

8. Ayuda mutua. Como he mencionado arriba, todo en el universo está al servicio de todo lo existente. Esta ayuda mutua es muy completa, como el hecho de que todas las cosas -incluso el aire, el agua, el fuego, la tierra, el sol y el cielo- nos sirven de una manera extraor­dinariamente armoniosa, así también como las celulas del cuerpo, los miembros y los sistemas cooperan a mantenernos vivos. La tierra, el aire, el agua, el calor y las bacterias colaboran a mantener las plantas vivas. Esta cooperación y ayuda mutua observada entre los seres inconscientes requiriendo conocimiento y objetivo deliberado, demuestra la existencia del Uno quien los arregla de una manera milagrosa.

9. La Limpieza. Desde que empezamos a sobrecontaminar nuestro aire, agua y tierra, el mundo natural empezó a limpiarse y purificarse continuamente. Inclusive ahora, preserva su pureza originaria en muchas zonas hasta donde todavía no han llegado los caminos de la civilización moderna. ¿Te has preguntado alguna vez por qué la naturaleza es tan limpia, por qué los bosques están tan limpios a pesar de que cada día mueren muchos animales en ellos?. ¿Has considerado alguna vez que si las moscas que nacen sólo en un verano hubieran sobrevivido, nuestro planeta estaría cubierto con los cadáveres de los cuerpos de las mismas? ¿Te has dado cuenta de que nada en la naturaleza se desperdicia o se tira? Cada muerte es el comienzo de un nuevo nacimiento. Por ejemplo, un cadáver se pudre y se integra en la tierra. Los elementos mueren y vuelven a nacer en las plantas; las plantas mueren en los estómagos de los animales y de los humanos y les proporciona alto rango de vida.

Este ciclo de la muerte y del renacimiento es una de las razones de la constante limpieza y pureza del universo. También las bacterias y los insectos, los vientos y la lluvia, los agujeros negros y el oxígeno, todos sirven para conservar la pureza del universo. Esta pureza señala a Uno que es el Santificado y cuyos atributos incluyen la limpieza y la pureza.

10. Rostros. El número de seres humanos que han vivido desde la creación de Adán es incontable. A pesar de su origen común –una gota de esperma y un óvulo que están formados del mismo tipo de alimentos que consumen los padres de uno– y aunque estén compuestos de la misma estructura, elementos y organismos, en cada persona adquieren diferentes rasgos que en los otros. Esto señala a Uno con libertad absoluta de elección que tiene amplios conocimientos de todo, y Éste es Allah.

11. Enseñanza y guía divina. Darle un orden a nuestras vidas y aprender qué es lo bueno y lo malo nos cuesta por lo menos 15 años. Sin embrago, muchos animales adquieren este conocimiento poco después de su nacimiento. Un patito puede nadar en cuanto sale de su cascarón. Las hormigas empiezan a cavar hormigueros en la tierra cuando dejan su capullo. Las abejas y las arañas rápidamente aprenden cómo hacer su panal y telaraña respectivamente, éstas son maravillas que nosotros no somos capaces de producir. ¿Quién les enseña a las jóvenes anguilas nacidas en el Océano Atlántico a encontrar su camino hacia su nuevo hogar en el Océano Pacífico? La emigración de los pájaros sigue siendo un misterio. ¿Cómo puedes explicar estos hechos increíbles más que atribuyén­doselos a la enseñanza o a la guía de Uno que todo lo sabe y que ha dispuesto el universo y sus habitantes de una manera en que ellos mismos puedan dirigir sus vidas?

12. El espíritu y la conciencia. A pesar de enormes avances científicos, no somos capaces de explicar la vida. La vida es un regalo del Uno, del Eterno, quien "insufla" un espíritu a cada embrión. Nuestra ignorancia sobre la naturaleza del espíritu y su relación con el cuerpo no puede ser argumento para negar su existencia. El espíritu se envía a este mundo para perfeccionarse y adquirir un estado apropiado para la Próxima Vida. Nuestra conciencia es el centro de nuestras tendencias hacia lo bueno y lo malo. Todo el mundo siente esta conciencia en algunas ocasiones. Así que, el espíritu y la conciencia son unos argumentos muy fuertes para demostrar la existencia de Allah.

13. Nuestra predisposición innata y la Historia. Estamos predispuestos de manera innata a lo bueno y lo bello, y somos contrarios a lo malo y lo feo. También nos inclinamos por las virtudes y los valores morales. A no ser que estemos corrompidos por factores o condiciones externas, buscamos lo bueno y los valores morales que son universales. Estos valores son las mismas virtudes y la moralidad divulgada por todas las religiones divinas reveladas. Somos testigos de que en la Historia la humanidad nunca ha estado sin una religión. Como ningún sistema ha sustituido a la religión, los profetas y las personas piadosas siempre han sido la gente más influyente, dejando huellas imborrables en la historia de la humanidad. Ésta es una de las pruebas irrefutables de la existencia de Dios.

14. Intuición humana. Tenemos muchas intuiciones y emociones, que son un tipo de mensaje que proviene del mundo de lo Invisible. Entre ellas, la intuición de la eternidad despierta un deseo de eternidad en nosotros que nos hace buscar las diferentes maneras de realizarlo. Sin embargo, esto se puede realizar solamente de una manera: creyendo y adorando al único Dios, Allah, Quien nos inspira esta intuición y este deseo. La verdadera felicidad humana está en satisfacer este deseo de eternidad.

15. Consenso. Si una persona que sabemos que nunca ha dicho la verdad en su vida viene y nos dice varias veces la misma cosa, quizá la creamos porque no tenemos otra alternativa. Pero, si miles de Profetas que nunca han mentido y muchos santos y creyentes que adoptaron la veracidad como el pilar más esencial de la creencia, están de acuerdo en que Allah existe, ¿cómo podemos rechazar su testimonio por el hecho de que algunos sean mentirosos?

16. El Corán y las otras Escrituras Sagradas. Las pruebas que demuestran el origen divino del Corán también son las pruebas de la existencia de Allah.[1] El Corán repite con mucho énfasis y fuerza, como lo hace la Biblia en sus partes no tergiversadas, la existencia de Dios.

17. Los Profetas. Miles de Profetas vinieron y guiaron a los seres humanos hacia el camino recto. Todos ellos han sido conocidos por su veracidad y por otras tantas virtudes. Todos dieron prioridad a la predicación de la existencia y la unidad de Allah.


[1] Sobre la autoridad Divina del Corán consulte nuestro artículo en Pre­guntas que Esta Edad Moderna Plantea al Islam, 1 (London, Trues­tar, 1995)

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