La enseñanza acerca de la «Época de la felicidad» y el Mensajero de Dios (la paz sea con él)

Debemos tener mucho cuidado a la hora de presentar al Mensajero de Dios. El hecho de que a algunas personas les disguste o les desagrade el Mensajero de Dios, puede ser atribuido en la actualidad al hecho de que no recibieron información veraz sobre él durante su niñez. Aquellos que le conocieron le admiran y reverencian. A través de los siglos, un gran número de personas, fascinadas por su encanto, le siguieron y no ha habido un hombre en toda la historia universal que haya sido tan respetado como él. Sin embargo, no podemos esperar que nuestros hijos amen al Mensajero de Dios sin que se les hable de él. En cierto período de tiempo hubo un afortunado grupo de personas que tuvieron el honor de verle y estar con él. Otro afortunado grupo estuvo con los que le vieron e intentó verle a través de los ojos de la generación que le precedió. Esto viene resumido en el hadiz:

Los mejores de entre vosotros son aquellos que pertenecen a mi época. Luego, aquellos que vienen detrás...(Muslim, Fada'il al-Sahaba, 210)

El Mensajero de Dios apareció en un momento muy oscuro de la historia; en aquel tiempo había gente sin sentimientos que enterraba vivas a sus hijas; casi todo el mundo bebía alcohol y había un código moral muy débil. Esta persona bendita llevó a cabo una reforma social increíble y todos sus logros —y los de su comunidad— no tienen parangón con ningún otro hecho en la historia.

Algunas revoluciones tuvieron lugar en la Grecia Clásica, en Roma y otros países. Sin embargo, ninguna de ellas supuso mucho en términos de valores humanos. Estas revoluciones provocaron nuevos problemas y en algunos lugares hubo un retorno al pasado. Podemos decir así que en ciertos períodos, lo único que quedó de estas revoluciones fueron sangre y lágrimas.

Una revolución real es la que provoca cambios positivos dentro de los corazones, las almas, la vida social y espiritual y los sentimientos y pensamientos de las personas; la que les libera de los impulsos del yo carnal y les eleva hacia la expresión más alta de humanidad, lo que da lugar, a su vez, a una cadena de generaciones puras. Esto es lo que el Mensajero de Dios logró en su calidad de Profeta, gracias a su extraordinaria capacidad en el manejo de los asuntos sociales. Desgraciadamente, hemos sido negligentes a la hora de aprender acerca de él y de transmitir el conocimiento sobre su vida a nuestros hijos, a pesar de que el Mensajero constituyó un ejemplo ideal en cada uno de los aspectos de la vida.

Aquí podemos mencionar otro importante ejemplo de Bediüzzaman Said Nursi: «Un pequeño hábito, como es fumar cigarrillos dentro de una sala pequeña, sólo puede ser eliminado de forma permanente por un poderoso gobernante (mediante una norma) y sólo tras grandes esfuerzos». Es decir, si diez personas intentan convencer a un fumador empedernido que deje de fumar, hablándole del modo más convincente acerca de cómo el tabaco provoca el cáncer, no podrán ni siquiera de este modo convencer a dicha persona para que deje de fumar. Sin embargo, el Mensajero de Dios (la paz y las bendiciones sean con él) eliminó todos los hábitos perjudiciales de las personas que se hallaban a su alrededor, algo que parecía imposible en aquel tiempo, y los sustituyó con los más altos valores humanos.

El increíble acatamiento del mandato de prohibición del alcohol fue un hecho notable. Imaginad una comunidad de alcohólicos, donde el alcohol forma parte de la vida. Tan pronto como ellos oyeron la orden de «el alcohol está prohibido» rompieron el vaso que se hallaba en su mano con el fin de no beber nunca más. Los académicos no han logrado explicar por qué esta reforma fue tan efectiva. De este modo, lo que necesitamos hacer es aprender sobre este bendito hombre que fue poseedor de las más grandes virtudes y hablar acerca de lo que sabemos de él a otros, de forma que su amor pueda conquistar sus corazones. Cuando logremos esto, nuestros hijos hablarán de él, pensarán acerca de él y le sentirán. Como resultado, conseguiremos un apoyo para nuestros esfuerzos del Mensajero de Dios. ¡Que el Altísimo consolide nuestra fe a través de esta bendita persona!

Hablar a nuestros hijos acerca del Mensajero de Dios y de todos los hechos que pronosticó renovará su confianza en él. En sus hadices, él predijo muchos acontecimientos, incluyendo sus causas y sus resultados, que se producirían en un futuro, desde la época de su propia vida hasta el fin del mundo, y nos advirtió acerca de ellos.

El Profeta predijo diversos acontecimientos, tales como la invasión del pueblo Mongol, la ocupación de Siria, el tremendo incremento del valor e importancia del Río Eufrates, el hallazgo de petróleo en Taliqan, la difusión de la corrupción moral etc. Resulta virtualmente imposible negar su Misión Profética cuando alguien es consciente de todos estos factores. Es nuestra responsabilidad permitir que los demás sepan que el Mensajero de Dios reveló el conocimiento tanto del presente como del futuro, pese al hecho de que nunca recibió ningún tipo de educación, excepto la que Dios le proporcionó.

El Profeta relató hechos concernientes a la medicina de los que más tarde se probó que eran auténticos, incluso aunque era imposible que él los conociera a través del básico nivel de conocimiento científico que existía en aquellos tiempos. Así pues, Dios le enseñó y él reveló a su vez lo que le había sido enseñado, demostrando de este modo que él era en verdad el Mensajero de Dios —la paz y las bendiciones sean con él—. Si preparamos un juicioso estudio en relación a sus actos, ni siquiera varios volúmenes de libros bastarían. Hemos mencionado, pues, brevemente algunos hechos.


* Un célebre erudito islámico turco (1877-1960) que escribió la Colección Risale-i Nur, una serie de comentarios modernos del Corán.