Argumentos para explicar la Existencia de los Seres Invisibles

Consideremos algunos argumentos positivos acerca de la existencia de los seres espirituales:

La materia no origina la vida. La materia sirve a la vida en el universo, no a la inversa. Las ciencias son incapaces de explicar la vida. Cómo la materia orgánica se vuelve vida es un misterio para las ciencias. Aunque la materia parece ser la base para la vida sobre la Tierra o sirve como un receptor de vida, evidentemente no es la creadora de ésta. Así la vida es enviada desde dimensiones inmateriales de la existencia: Allah la infunde en la materia o sustancia inorgánica a través de algo inmaterial e invisible, que llamamos espíritu. Es debido a los rasgos particulares de cada espíritu que los seres humanos, aunque formados de los mismos elementos físicos, son diferentes unos de otros en carácter, semblante, potencial, deseo y destino.

La vida no depende de la materia. La vida no depende de la materia; por el contrario, la vida hace a un diminuto cuerpo más grande que otro de mayor tamaño. Por ejemplo, es a través de la vida que una mosca o un pájaro es «más grande» que una montaña. La vida permite a una abeja obrera reclamar que toda la Tierra es su jardín para establecer las relaciones con todas las flores e interrelacionarse con ellas. Así, cuanto más refinada es la materia, más desarrollada y activa la vida. El desarrollo y la actividad de la vida no tienen relación alguna con el tamaño corporal. Una mosca o una pulga son más activas y tienen sentidos más agudos que un camello o rinoceronte.

La vida no puede estar restringida a la Tierra. Este mundo es el escenario en donde Allah manifiesta Su voluntad a través de las «causas naturales», pero la vida es el resultado de la manifestación directa de Su Nombre, el Siempre Eterno. Así que mientras la ciencia insista en su punto de vista positivista, incluso materialista, nunca desvelará el misterio de lo que es la vida.

Los ángeles son seres espirituales puros que meramente representan el aspecto bueno en la existencia, mientras que Satanás y sus descendientes representan puramente el aspecto maligno. Allah es Uno e Infinito, no tiene igual. Los demás seres tienen su igual. Los ángeles representan su aspecto bueno, mientras que Satanás su aspecto malo. Los ángeles nos invitan a su talante puramente espiritual o «angelical», mientras que Satanás trata de seducirnos hacia el mal. Esta lucha entre el bien y el mal en el hombre, y en el Universo en general, ha sido continua desde el comienzo de la existencia. Todos sienten un estímulo que los llama al bien y al mal al mismo tiempo. El estímulo que nos llama al bien procede de los ángeles o de su espíritu inmaculado; el estímulo que nos invita al mal viene de Satanás, colaborando con nuestro ser carnal, que representa nuestro aspecto animal.

La relación entre el espíritu y el cuerpo es semejante a la relación que existe entre la electricidad y una fábrica que funciona mediante electricidad. Si no hay electricidad para que funcione la fábrica, esta será reducida a un montón de hierros oxidados y cemento. Asimismo, cuando el espíritu deja el cuerpo debido a alguna ruptura o desconexión, es decir por una enfermedad o la muerte, somos reducidos a una masa de tejido y huesos que se descompone en la tierra. Esto demuestra que la existencia real del hombre y su individualidad dependen de su espíritu.

Aceptamos incuestionablemente la existencia de las leyes y las fuerzas naturales e inclusive llegamos hasta el punto de atribuirles a ellas todos los fenómenos en el universo. Atribuimos la transformación de una diminuta semilla en un árbol enorme y bien formado a la ley de la germinación y el crecimiento en aquella semilla, o el increíble balance en el Universo a las leyes de gravitación y repulsión, pero ignoramos la Absoluta Voluntad, Conocimiento, y Sabiduría los cuales son necesarios para la existencia, operación y balance del universo. El Único que tiene Voluntad, Conocimiento, Sabiduría y Poder absolutos utiliza seres poderosos e invisibles (los ángeles) como los vientos o vendavales y muchos más poderosos que las fuerzas o las leyes naturales. Es a través de aquellos seres que Allah hace operativas a las leyes y las fuerzas naturales. Esos seres son los ángeles.

Además de los eruditos religiosos, casi todos los filósofos musulmanes, e incluso la mayoría de los filósofos orientales están de acuerdo con la existencia de los ángeles y los seres espirituales de todas las clases, aunque han tenido algunas diferencias al nombrarlos. De las escuelas de filosofía, la Escuela Peripatética(Mahshaiyyun) que estaba muy inclinada al racionalismo, incluso al materialismo, en el pensamiento, había admitido la existencia de los ángeles, fundamentada en la idea de que existe una esencia espiritual e incorpórea de cada especie. Con respecto a los Iluministas (Ishraqiyyun), aceptaban la existencia de los ángeles llamándolos equivocadamente «Diez Intelectos y Maestros de la Especie». Por otro lado, los seguidores de todas las religiones Divinas, guiados por la Revelación Divina, han creído que hay un ángel a cargo de cada clase de existencia. Los llaman con el nombre de esa clase de existencia como por ejemplo «el Ángel de las montañas, el Ángel de los mares, el Ángel de la lluvia», y así sucesivamente. Incluso los naturalistas y materialistas, que se han limitado solamente a lo que ven, no pueden evitar admitir el significado de los ángeles llamándolos «fuerzas extendidas».

Todos los Profetas, en un número estimado de 124.000 —según fuentes religiosas fidedignas— informaron de la existencia de los ángeles, los seres espirituales, los genios y Satanás. Todos los Santos y los eruditos religiosos están de acuerdo en la existencia de este reino invisible, y afirman que dos especialistas en una materia son preferibles a miles que no lo sean. Además, es un hecho establecido que una vez que una materia sea confirmada por dos personas, luego su negación por miles no tiene peso alguno. Asimismo, toda la gente de religión, los seguidores de casi todas las religiones, unánimemente han aceptado la existencia de estos seres.

Al mismo tiempo, todas las Escrituras Divinas informan de la existencia de los ángeles, espíritus y genios así como la historia de Satanás y sus intrigas para seducir al hombre existen en todas ellas. Pero sobre todo, ¿es posible dudar del relato del Corán y del testimonio y las experiencias del sagrado Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones estén con él?1 Las pruebas de la autoría Divina del Corán y su Profecía y la de Muhammad y todos los otros Profetas, que la paz sea con ellos, también sirven como pruebas del reino invisible de la existencia, es decir, la existencia del espíritu, los ángeles, los genios y Satanás.

La mejor manera de establecer la existencia de estos seres —además de la más racional y aceptable— es la que está expuesta por el Islam, descrita por el Corán, y atestiguada por aquél que efectuó la Ascensión. El Corán explica el significado de la existencia angelical tan razonablemente que cada persona sensible puede entenderlo. Como lo anota el Corán, la humanidad es una comunidad responsable para llevar a cabo las Ordenes Divinas publicadas en el Atributo Divino del Discurso, y los ángeles constituyen una humanidad cuya «clase obrera» lleva a cabo las Leyes Divinas de la naturaleza publicadas en el Atributo de la Voluntad. Son sirvientes honrados de Allah que efectúan cualquier cosa que Él les ordena. La existencia de los ángeles y otros seres espirituales puede ser establecida al probar la existencia de un ángel individual, porque su negación equivale a la negación de la especie. De esta manera, la aceptación de lo individual requiere la aceptación de toda la especie.

Esta plenamente aceptado, especialmente entre los seguidores de las religiones, que siempre ha habido algunas personas que ven y conversan con ángeles, genios, Satanás y otros seres espirituales. Así que, el establecimiento de la existencia de un solo individuo es suficiente para probar la existencia de toda la especie de seres espirituales. ¿Si los ángeles no hubieran existido, y si ni un solo ángel hubiera sido visto o la existencia de uno o numerosos ángeles individuales no hubieran sido establecidos a través de la observación, le hubiera sido posible continuar a una creencia tan general? ¿Y si esta misma no hubiera estado basada en claras evidencias, hubiera podido llegar a la época actual a pesar del cambio de ideas y creencias con el paso del tiempo? Por lo tanto, podemos concluir que la creencia religiosa en la existencia de los ángeles y otros seres espirituales está basada en las experiencias que los Profetas y algunas personas santas han tenido con ellos, y esto ha sido narrado por fuentes fidedignas.


1. En cualquier publicación que trata acerca del Profeta Muhammad, su nombre o título es seguido por la frase «que Allah le bendiga y le dé la paz» o «la Paz y las bendiciones sean con él» para mostrarle nuestro respeto y porque es una tradición islámica hacerlo. Una frase similar se usa para sus Compañeros y otros musulmanes ilustres: «que Allah esté complacido con él (o con ella)». Sin embargo, como esta práctica podría perturbar a lectores no musulmanes, estas frases no aparecen en el libro, con la condición de que se den por supuestas y sobreentendiendo que ninguna falta de respeto es intencionada.